El ácido hialurónico se encuentra en nuestro cuerpo de manera natural, es una sustancia líquida que forma parte del colágeno que se produce naturalmente dentro de nuestro cuerpo. Esta sustancia ayuda a mantener la piel tan tersa como hidratada. Poco a poco, con el paso del tiempo, va disminuyendo en nuestro organismo y es por ello que a partir de los treinta y cinco años la apariencia de nuestra piel también va empeorando, pierde volumen y elasticidad, provocando arrugas y piel flácida. Pero la cosa no queda ahí, el ácido hialurónico también se encuentra también de forma natural en el líquido articular o sinovial, que está formado en su mayoría por este ácido. Sirve tanto para nutrir como para amortiguar y lubricar las articulaciones, ayudando a su correcto funcionamiento y a estar en óptimas condiciones.
Después de leer las primera líneas de este artículo podrás imaginar el uso que se le da a esta sustancia. Principalmente, su uso más conocido es el ácido hialurónico para estética, los tratamientos con este líquido van dirigidos principalmente a frenar los signos de la edad, como la aparición de arrugas, la flacidez y la pérdida de volumen. Pero también tiene una función médica y se usa para mejorar problemas articulares, es como un 3 en 1 pero para las articulaciones. A continuación vamos a detallarte con más profundidad sus diferentes funciones:
El ácido hialurónico hidrata la piel de manera profunda, rellena las arrugas y ayuda a recuperar tanto la densidad como el volumen de nuestro rostro. Otra de sus muchas ventajas es que aumenta la producción de colágeno, esta sustancia también mejora la apariencia de la piel. Este líquido se inyecta en el rostro para:
- Atenuar las líneas de expresión que se forman alrededor de la nariz y la boca.
- Eliminar las pequeñas arrugas de los labios, las comisuras y su contorno.
- Rellenar labios y pómulos.
- Atenuar las patas de gallo.
De esta manera, no sólo se atenúan los signos de la edad, sino que al hidratarse la piel se frena también su envejecimiento.